Casi como en la pequeña pantalla pero con
un punto de fragilidad e inocencia aún mayor que el que conocen los
espectadores. Su voz no casa en absoluto con su manera de
expresarse. Ya se sabe. Pero se esfuerza por decir lo que siente.
«Echo de menos un poco la vida de antes; que nadie me conozca»,
asegura una Rosa de rostro aniñado que echa mano de monosílabos y
muletillas.
La ganadora de ‘Operación triunfo’ pisó por primera vez el
domingo la provincia con su gira en solitario. «Llevo el mismo
‘tinglao’ pero por el día hay más tiempo ‘pá’ dormir», comenta
enfundada en unos vaqueros dos horas antes de que comience el
concierto en Manilva.
Siempre con su familia
Su familia al completo la acompaña por su periplo musical. De
novios, nada de nada: «Que no es que no confíe de los hombres ni
‘ná’ pero estoy ‘mú centrá’ en esto». Por cierto, nuestro gozo en un
pozo. Marbella se queda sin vecina. Dice que no se ha comprado una
casa, como aseguraba una revista del corazón. «Me da miedo ‘posá’ un
pie en la calle cuando me encuentro con estas cosas», dice tras sus
gafas romboidales.
Una vorágine desmedida
La granadina está inmersa en una vorágine que a ratos parece
quedarle grande. Hiperprotegida y casi enclaustrada espera en los
camerinos el comienzo de la actuación. Hasta la que firma esta
crónica se va compuesta y sin foto con la ‘niña’ de voz portentosa.
Misión imposible. Su hermano Octavio hace las veces de gorila a las
puertas del camerino. Como para atreverse.
Anécdotas aparte, el espectáculo estuvo sobre el escenario. Unas
4.000 personas se acercaron al campo de fútbol de Manilva Pueblo
para escuchar de viva voz a la joven triunfadora de ‘OT’. Con más de
500.000 copias vendidas de su primer disco, un trabajo modesto para
su talento canoro, se enfrenta a una gira de medio centenar de
conciertos. El del domingo fue el tercero. Volverá por la provincia
para la feria de Málaga, además de visitar Benalmádena y Vélez.
Con voz serena y firme
¿El concierto? Una escenografía espectacular, un despliegue
inusitado -cuatro bailarines muy bien coordinados y ocho músicos- y
una voz serena y firme que encadenó una veintena de canciones sin
soltar un solo gallo. Los dejó, como siempre, en el corral.
Con un cuarto de hora de retraso comenzó el concierto con los
sones de la eurovisiva ‘Europe’s living a celebration’. Un dato
curioso: cuando la granadina entonaba los primeros sones, justo en
ese momento se conocía el nombre del ganador del ‘Gran Hermano’, el
otro fenómeno televisivo de los últimos años. Casualidades de la
vida.
Rosa sale al escenario. Vítores y aplausos. Cientos de familias
al completo disfrutan por igual del concierto. Vestida con una blusa
blanca sobre camiseta negra, pantalón blanco y cinturón de
inspiración cíngara, se recogió el pelo con una cola postiza.
Durante más de una hora y media repasó las mejores canciones de
las galas televisivas: ‘Unchained Melody’, ‘Ausencia’, ‘Sueña’ o
‘Santo, santo’. También los mejores temas de su álbum. ‘A solas con
mi corazón’, ‘Cantar’ y ‘Caradura’, entre otros. Rosa encandiló por
derecho. Por una voz que eriza el vello. Tengo debilidad.