E. R. LAGUNA
A las 8.00 horas ya
ocupaba la cola un grupo pequeño de jóvenes chicos y chicas, que
ansiaban estar en la primera fila para ver y sentir de cerca a la
artista. Cartas, pinturas para maquillarse y colocarse un gran
'Rosa' en la cara y, sobre todo, muchas fotografías y 'posters' con
la granadina como protagonista les hicieron más llevadera y
entretenida la larga jornada. Ocho horas más tarde, prácticamente
eran los mismos quienes aguardaban a cualquier movimiento extraño
junto a las puertas principales de entrada. Poco después comenzaba a
llegar el público en masa, gente entregada y dispuesta a disfrutar
de un miércoles que, sin duda, no fue uno más. El volumen de tráfico
también se dejó notar. La lenta entrada al municipio por la
carretera de Madrid provocó atascos intermitentes en la
vía.