Rosa López, después de avanzar lentamente entre los fotógrafos ("parece que nos vamos a casar", comentó risueña a la alcaldesa), confesó ante la prensa expectante que su corazón está "revuelto en nervios. Estoy muy nerviosa porque es la primera vez que voy a subirme sola a un escenario. Cuando íbamos los 16, si te quieres esconder, lo haces sin problema pero ahora hay que dar la cara la hora y tres cuartos que dura el concierto".

SORPRESAS

Anunció, tímida, que guarda muchas sorpresas para la gira que hoy dará comienzo y que "hay cancioncillas del disco que no he metido para incluir otros temas de Operación Triunfo que me han llamado la atención".

No quiso adelantar si alguno de sus compañeros vendrá a arroparla en su estreno en solitario aunque tampoco lo negó, pero explicó que su relación con todos ellos es muy buena, especialmente con "la Vero. A ella la llamo mucho y charlamos. También llamo a Manu pero está siempre desconectado y a la Chenoa le pasa igual, pero es que es normal, están trabajando". Aseguró que la fama no le provoca pesadillas ni despierta pensando que todo es un sueño "porque la verdad es que no duermo y eso que estoy a base de Valeriana y Dormidina".

Aunque la elección de Córdoba se debe a ajuste de fechas y lugares, la granadina recalcó que "para mí es precioso empezar aquí o en cualquier parte, porque en todos lados me tratan con el mismo cariño". Asta es la primera vez que pasa por la ciudad califal y "me parece una ciudad muy bonita y muy especial porque tiene muchas cosas árabes y además mi grupo favorito, Medina Azahara , es de aquí", explicó.

CON LOS PIES EN LA TIERRA

Su filosofía refleja su carácter sencillo y muy arraigado a la realidad. "Como cualquier artista, tengo miedo a caer para abajo pero si llega ese día, no pasa nada, porque mi vida de antes también era muy bonita". De esa vida anterior dice que echa de menos el anonimato. "En realidad, yo no he cambiado lo que ha cambiado es lo de alrededor. Ahora he perdido el placer de llegar a un sitio, sentarme y que me pregunten ¿cómo te llamas? y decir hola, soy Rosa, encantada". Aunque muy consciente de lo que le está pasando ("hay que estar muy centrado para no volverse loco después de tanto jaleo"), vive desconectada por completo de las críticas que sobre los chicos de OT se están vertiendo en los medios de comunicación. "Yo no me entero de nada, pero explicadme qué se dice por ahí", expetó a los periodistas. Después de enterarse de que hay un sector bastante amplio que no está de acuerdo con la promoción que TVE está haciendo en favor de estos 16 artistas y en detrimento del resto, contestó que "yo sólo creo que cada cosa tiene su momento y que todo esto llegará un día en que se desinfle". Rosa Aguilar salió rápidamente al quite y, como si de su propio manager se tratara analizó convincente que "el hecho de que la juventud tenga a símbolos jóvenes como Rosa que les hagan olvidarse de las drogas y que les motiven para disfrutar la vida y divertirse de otra forma es todo un éxito por el que merece la pena que este tipo de programas existan".

OBSEQUIO

El Ayuntamiento y Cajasur obsequiaron a la invitada especial con unos pendientes de Miró que representan las primeras monedas acuñadas en Córdoba, de tiempos de Abderramán II.

Rosa dedicó la noche de ayer a su madre, que vino a acompañarla junto a su inseparable hermano, un experto guardaespaldas a estas alturas. "Ella está malusquilla y no va a estar de aquí para allá todo el tiempo, ya viene conmigo mi hermanico, pero quiero pasar un ratillo con mi madre esta noche", explicó. Atenta y cariñosa, se dejó fotografiar con fans, autoridades y periodistas y dejó claro a los presentes que la fama no se le ha subido a la cabeza. Su mirada, siempre fija en los ojos de sus múltiples interlocutores, desmintió todo halo de divinidad falsa y la situó entre el mundo de los humildes mortales. Todo un triunfo.