una noche especial Un abanico con muchas rosas
y la marea más alta del año
Antes de comenzar el concierto, la alcaldesa, Teófila
Martínez, visitó a Rosa en el camerino y le hizo entrega de un
regalo especial: un abanico con rosas de todos los colores, pintado
por los alumnos de la Escuela de Artes Aplicadas gaditana.
Acompañaba a la alcaldesa su prima Mercedes Agulló, ex directora de
los Museos Municipales de Madrid, una confesa admiradora de Rosa.
Pero la espectadora de excepción fue la propia madre de Rosa, entre
bambalinas.
La playa era, desde temprano, igual que una
feria, con grupos de clubs de fans ocupando el mejor espacio desde
las diez de la mañana . Amores aparte, es que ayer se registraba la
marea más alta del año y la pleamar se producía a las tres de la
madrugada, de manera que toda precaución era poca para situarse bien
situado.
Frente al escenario, en el mar, se situaba una
barcaza desde la que se tirarían, por primera vez, los fuegos
artificiales desde el agua.
También fue la primera vez en su
gira el concierto se acompañó de dos pantallas gigantes. Eran dos
artefactos enormes, de los mejores del mercado, con tecnología
digital. Y, por seguir con la técnica, el concierto que cerraba el
veraneo musical gaditano precisó de 320 mil vatios de luz en móviles
y 70.000 de sonido.
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