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Palencia
Capital : 04/09/2002
¿Quién ha dicho que Rosa está
acabada?
La ganadora de
Operación Triunfo puso patas arriba el pabellón de los
deportes
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[Javier M. Faya ]. Éxito total. No encontramos en el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española dos palabras como las apuntadas que
describan lo que se vivió ayer en el pabellón municipal de los
deportes de la capital palentina. No cabía un alma en el recinto.
Tampoco alfileres. Rosa vio, llegó y triunfó. No hay nada más que
hablar y casi estoy por no seguir escribiendo.
Pero como el condumio es el
condumio y hay que justificar el sueldo, proseguiremos. El pabellón
de los deportes se quedó pequeño para albergar el acontecimiento más
importante de estas fiestas de sanantolines y alguno echó en falta
la Balasterra como inicialmente se preveyó. Afortunadamente, no se
alcanzaron los momentos de tensión y desconcierto que se vivieron en
el concierto de Álex Ubago. No se llenó y se estaba realmente a
gusto. Nunca se sabe si es mejor la comodidad o el ambientazo, sobre
todo si hay mucha chiquillada pululando, por no mencionar a las
abuelitas desprovistas de nieto.
Rosa López se mostró tal como es. Sencilla y sin más. Comenzó puntual y con ritmo frenético. ¡Cómo se
movía! Ahora sí que sabemos cuál es su secreto para adelgazar.
Rápidamente, se hizo con las riendas del recital. No tuvo que
esperar al legendario y emblemático «Europe is living a celebration»
que sacudió los cimientos del hogar del Ciudad de Palencia casi al
término del concierto.
AYUDA
El público se lo puso muy fácil y como si se
tratara de la vecinilla del tercero; simpaticona, sacrificada en el
yantar y algo apocada, sus fans quisieron echarla una mano. Muchos
eran los peregrinos que berreaban «Cantar». Carlos Luis, de 13 años,
había venido desde Santander para ver a su ídolo y fue acompañado
por su tía. «A Bisbal lo vi en Santander y pierde mucho, Rosa no»,
señaló el niño que ya la había visto en Burgos. María, madrileña de
14, vino con su palentino primo José, de 18. Las hermanas Teodora y
Cristina se desplazaron desde Abastas.
Los niños fueron los mejores
gregarios de la granadina universal que a este paso puede que
desbanque al mítico Manuel de Falla. Con sus gritos y vítores
empujaban a esta artista de laboratorio que lleva en la picota desde
su decepcionante papel en el festival de Eurovisión de Eslovenia.
Para María, una palentina de 24 tacos, es la única de OT que
sobrevivirá. Su hermana Esmeralda discrepa: «Bisbal también».
Las
primeras filas estaban pobladas de devotos de la cantante. Como la
pandilla formada por Anne Marie, Antonio, María, Miriel y Carlos.
LLevaban desde las once de la mañana en cabeza de la cola. Pero
mereció la pena el esfuerzo. Los chicos soltaron alguna que otra
lagrimilla -y lagrimona- durante la hora y media de concierto.
Enganchada a la valla tenían una bolsa de basura con varios ositos
de peluche que fueron lanzando a la diva de la tele.
Con una chaqueta
blanca y pantalones y camiseta negra, Rosa dejó para el recuerdo la
mayoría de los temas de su primer (y esperemos que no último) disco.
Hasta se permitió entonar de una forma muy personal el emblemático
«Mi música es tu voz» de la academia así como el tema estrella de la
película «El rey león».
Suelta en sus canciones y bailoteos, en el
cara a cara con el público se defendió aunque se la notaba algo
nerviosa. «Lo que más me gusta es cantar», confesó. Desde luego,
chiquilla. Desde luego.
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