Rosa López, la “Rosa de España” encandiló a los miles de fans que
acudieron anoche al directo más esperado del verano en el polideportivo
Mateu Cañellas de Inca. La ganadora de Operación Triunfo derrochó arte y
poderío de voz ante sus entusiastas seguidores. Pero su alegría y energía
no se dirigieron, lamentablemente, hacia los medios de comunicación, a los
que dejó plantados poco antes de la multitudinaria actuación donde
presentó los temas de su disco Rosa.
La artista llegó al aeropuerto de Palma rodeada de grandes medidas de
seguridad. El alboroto se había producido minutos antes. El retraso en su
vuelo y el no saber por dónde saldría provocó carreras continuas arriba y
abajo de las decenas de fans que esperaban a la “voz de España”.
La cantante, que llegó acompañada de su madre y su hermano, que hacía
las veces de guardaespaldas no de muy buenas maneras, repartió sonrisas y
respondía a algunas de las preguntas. “El concierto va a ser muy bonito,
estoy muy contenta de estar de nuevo aquí en Mallorca”, declaró.
La incertidumbre de la espera
Mientras que por la mañana, Rosa se mostró simpática con todas las
personas que, con esfuerzo lograban llegar hasta ella, peor suerte
corrieron por la tarde los medios de comunicación. Ante la anulación de
una rueda de prensa convocada a las 20 horas nada se pudo hacer. Los
periodistas congregados, con puntualidad británica, a las 19.30 horas, en
el acceso del polideportivo esperaron a que la granadina respondiera a sus
preguntas.
Pruebas de sonido
Una vez dentro del recinto, se permitió fotografiar y filmar a la
artista durante su prueba de sonido suspendida por problemas técnicos con
el holograma de Bisbal que utiliza en sus conciertos. Tras la brevedad de
sus ensayos de voz, los medios aguardaron en vano.
La respuesta de la organización fue de nuevo, una posibilidad remota de
que la cantante atendiera a la prensa a las 22 horas.
Al margen de tanta incertidumbre, los fans formaban armoniosamente una
larga fila que rodeaba el recinto a la espera de disfrutar de la Rosa,
esta vez, “de Mallorca”. Seguidores de la isla, Canarias o Menorca
coreaban los temas al son del ensayo.
Ella, Rosa proseguía con sus pruebas. Mientras fuera aguardaban las
ilusiones de mucha gente. Algunos estaban allí desde primerísima hora de
la mañana, otros, como un grupo de diecisiete personas, la siguen durante
toda su gira.
La granadina aseguró por la mañana que intentaría dar lo mejor de sí
misma, a pesar de que dijo estar “mejor de la voz aunque todavía no estoy
en plenas facultades”. Y así fue, deslumbró a todos con su puesta en
escena y espectacular escenario. 70.000 watios de sonido para una
“estrella” que, finalmente lució ante un público más que entregado a su
voz.