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Jueves, 18 de agosto de 2004.
CONCIERTO
Rosa ofreció en Maracena un gran espectáculo que deleitó a las más de 4.000 personas congregadas en el campo de fútbol.
 ÍDOLO. Rosa, durante el concierto de Maracena/ JUAN ORTIZ
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Un público entusiasmado, más de 4.000 personas, se entregó anoche a la cantante granadina Rosa en el campo de fútbol de Maracena apenas comenzó su concierto con 'Dont stop the music baby', de su último disco. Hubo colas desde la medianoche anterior y gente llegada de muchos puntos de España e incluso del extranjero, por ejemplo desde Israel. El ánimo subió muchos enteros cuando entonó 'Las calles de Granada', recibida con fuertes aplausos.
Yanira, Natalie, Ana, José, Antonio, Javi. Todos ciudadanos anónimos a los que Rosa convirtió el lunes por la noche en los protagonistas de su concierto y a los que agradeció su presencia con 'Tú', el tema que han compuesto los hermanos Ten para todos los incondicionales de Rosa.
Las primeras en llegar fueron Yanira, Natalie y sus amigas. «Yo soy de Maracena, pero me vine anoche a las doce para poder entrar la primera. Mi madre dice que estoy loca», explicó emocionada, al igual que Natalie, una joven israelí que ha visitado España sólo para conocer a la ganadora de 'OT 1'. «Es el quinto concierto al que vengo; me gustaría poder venir a más pero vivo demasiado lejos».
Tabaco, bocadillos, refrescos, agua y paciencia, mucha paciencia, porque al fin apareció Rosa al más puro estilo de los setenta, bajo una bola de discoteca sacada de 'Fiebre del Sábado Noche', y ante los más de 4.000 espectadores que se dieron cita en el campo de fútbol de Maracena para arroparla. Un sueño que está cumpliendo con la gira de este verano. «Uno de mis sueños desde pequeñita era cantar bajo una bola de cristal, como en los años setenta, y ahora lo he conseguido. ¡Quién me lo iba a decir!», explicó la cantante.
Comenzó su actuación con diez minutos de retraso pero con mucha fuerza, la de su segundo single de 'Ahora' –'Don’t stop the music, baby'–, que consiguió que bailara hasta Ana González, una sevillana de sesenta y cinco años que se desplazó con toda la familia hasta Maracena para disfrutar del potencial de voz que salió de la granadina.
La cantante pasó al dance al pop, sin olvidar la balada y el funk, para poner el broche de oro con la canción que la llevó a Eurovisión, 'Europe’s living a celebration', con la que hasta los más reacios al baile saltaron como nunca. Un gran espectáculo de luces, sonido y bailarines.
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