Una Rosa López con mucha fuerza y tesón en la actuación, pero con una banda de música que no la acompañó. Se movía con destreza por el escenario.
Puso corazón y garra con una voz al descubierto pero no utilizó las técnicas de voz, lo que le llevó a provocar problemas de afinamiento a lo largo del concierto. Hay que procurar mantener la calma y la tranquilidad para que no te sobrepase el evento. No todo se resuelve a base de ganas y juventud.
Un público más que entregado a la granadina, que apenas le daba tregua y aplaudía a rabiar todas sus intervenciones, lo que le hizo perder en algunas ocasiones su concentración en la ejecución de las canciones.
Escenario muy sencillo y austero: en la parte superior, a ambos lados, constaba de tres bolas en línea; y una gran bola en la parte central.
Unos bailarines de otra galaxia que sólo daban piruetas y piruetas, rompiendo la sobriedad del escenario.
Una banda musical desmotivada, que adolecía de ganas y de visión y que no tuvo buena conjunción entre ellos ni supo arropar a la cantante.
La calidad del sonido fue mala. En las primeras canciones la voz de Rosa salía con unos agudos exagerados (es una vieja técnica para que la voz resalte más, pero se pierde en niveles cromáticos y de entonación de la voz ).
A pesar de todo, esta banda carecía de los niveles mínimos requeridos para llevar a cabo este tipo de actuaciones.
Una noche para olvidar y para decirles sinceramente a la Academia de Artistas y a Vale Music su grado de responsabilidad y profesionalidad en este espectáculo musical, que no aportan los elementos necesarios y desprecian la calidad musical. Tan solo ven el dinero fácil. Les recuerdo que la música es una de las artes, pero este concepto a ustedes como que no les va.
Dejar bien claro que Rosa López es una cantante con un potencial de voz comparable no ya a su legado sino a la creatividad de Antoni Gaudí.
Espero no tener que volver a sufrir un concierto como éste.
© Jazuma 2004. "Rosa Lopez. El Museo de Rosa"