Si existe una palabra para definir a Rosa López es cambio. La cantante granadina ha relanzado su carrera musical gracias a su participación en un conocido programa televisivo sobre bailes de salón. La intérprete está guapa, es simpática y llega al público. La carta de presentación de su nueva etapa es su cuarto trabajo ‘Me siento viva’ y realmente, es la sensación que transmite en el escenario.

Rosa explicó que el estilo predominante en su último disco es el ‘dance’ o como ella misma dijo “pop como truco de artistas para hacerlo más comercial”.

La cantante expresó su admiración por Donna Summer y el Ritman Blues. De hecho, señaló que su deseo es realizar una gira paralela en invierno para desfogar esa inquietud y su gusto por la ‘música negra’. A pesar de la evolución de Rosa, ella reconoce que su proceso de aprendizaje no ha cesado aún.

El cambio estético de la granadina no ha transformado del todo el alma de una sencilla amante de la música, que cruza por primera vez el Estrecho de Gibraltar para descubrir si su estilo gusta a este lado de España. “Me parece una ciudad preciosa. La verdad es que no me esperaba una acogida tan cálida, la gente es entrañable, estoy como en mi casa”, dijo.

La granadina bromeó sobre su pérdida de peso y concluyó que lo único que hace es “cuidarse un poquillo”, porque no pasa hambre y hace mucho deporte. El espectáculo de Rosa fue un cúmulo de experiencias, enseñó lo mejor de sus anteriores trabajos y por su puesto, del actual ‘Me siento viva’.

Ya adelantaba Rosa que llegaba a Ceuta muy bien acompañada por un equipo de grandes profesionales, tanto en el cuerpo de baile, de músicos como técnicos de sonido y montaje.

Las coreografías no son ningún secreto para una artista que está descubriendo que puede y “le sale” interpretar sus canciones con bailes provocadores. El dinamismo de sus caderas, el ritmo de sus pies y su gran voz encuentran un hueco en los gustos musicales de los ceutíes.

El concierto de Rosa ofreció una buena puesta en escena y además, “cuando te rodeas de buena gente siempre sale un buen trabajo”. La nueva filosofía de la intérprete es abrazar la vida con fuerza “porque soy joven, sólo tengo 25 años y Dios me ha dado la oportunidad de cantar”.

El objetivo de la actuación de la granadina era pasarlo bien y desconectar para olvidar los problemas durante unas horas. La prueba se superó y Rosa se ve preparada para regresar a Ceuta de un momento a otro, no sólo como artista invitada sino para descansar y vivir más la ciudad.