Más delgada y guapa que nunca, la cantante Rosa López, nuestra Rosa de España, llegó ayer a la capital gallega para inaugurar, a las 23.30 horas, tras el pregón del actor Manuel San Martín, las fiestas del Apóstol. Lo hará presentando su nuevo disco, Me siento viva, del que habló en una concurrida rueda de prensa, en la que la ganadora de la primera edición de OT se ganó a los periodistas con su gran simpatía. Acompañada por el concejal de Fiestas, Xosé Baqueiro, tras mantener un breve encuentro con el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, a quien calificó de "agradable y muy campechano", Rosa aseguró que "comenzar la gira de verano en una plaza tan bonita como el Obradoiro es todo un privilegio".
Aunque ha estado haciendo una serie de conciertos de rithm and blues, la cantante confiesa que "la vuelta a los escenarios con un nuevo disco, después de año y medio de silencio, es una responsabilidad".
Por eso, adelantó que esta noche habrá "muchos nervios", pero también "músicos muy buenos y un repertorio muy movido, con las canciones más emblemáticas del primer y del segundo disco, y prácticamente todos los temas de este cuarto trabajo, Me siento viva".
Un título que hace referencia a su estado anímico. "Me encuentro en un momento muy especial, aprovechando lo que la vida trae e intentando que mi carrera se llene de experiencias buenas". Humilde, Rosa López asegura no saber cuál es la clave de su éxito, "pero sí sé que la del fracaso sería querer quedar bien con todo el mundo. Yo me siento bien siendo yo misma".
"El éxito", dice, "es como la dieta. Hay que intentar comer de todo sin abusar de nada. Todo empieza con una buena educación desde niña, luego un poquito de suerte y mucho esfuerzo".
Optimista y muy vital, Rosa reconoció que su cambio de imagen le ayudó a "ordenar otros aspectos de mi vida, a ordenar mi cabeza, la actitud, la positividad y el estado de ánimo. He cambiado mi físico y también he cambiado muchas cosas. Quiero hacer una vida sana y que todo lo que me rodea sea sano".
Rosa aseguró aprender de las experiencias. "Me siento viva por todo lo que me rodea", dijo, y "he aprendido que hay que tirar palante. Que si uno cae no pasa nada, y que lo que no es tan bueno sirve para aprender algo".